SOBRE MÍ

Soy Tofu, un entusiasta de la cultura japonesa y del mundo motor. Además de esto, disfruto de la música, la informática y el deporte. Mi visión va más allá de tener un vehículo meramente funcional; en cada coche o moto descubro una historia y una fuente inagotable de inspiración.

MI PRIMER PROYECTO

Desde mis inicios en 2015, cuando apenas experimentaba con mi Opel Astra sin grandes conocimientos de mecánica a pesar de tener algo de experiencia al volante, he aprendido a ver cada vehículo como una obra en constante evolución con la que siento una gran conexión. Uno de los hitos fue el descubrimiento de un Celica de cuarta generación, un emblemático ejemplar ochentero que me impulsó a cuidarlo, aprender y superar sus límites. Este proyecto me enseñó a interpretar el mensaje que cada coche transmite y a transformar sus detalles en expresiones únicas de mi pasión, haciendo de cada modificación un diálogo entre mi visión y la esencia del vehículo.

En 2018, tras haber sufrido la pérdida del motor del Celica y después de más de un año de intenso trabajo y aprendizaje forzado, este coche renació con una unidad muy especial importada de Japón. Fue entonces cuando lancé “Tienda de Tofu Fujiwara” en Instagram, en homenaje a la serie que marcó mi evolución, y compartí casi a diario cada avance, acercando a mi comunidad la verdadera esencia de la cultura JDM y fragmentos diarios del anime durante varios años.

JAPÓN TE CAMBIA

Posteriormente, en 2019, una escapada espiritual a Japón me permitió sumergirme en la autenticidad de esta cultura, inspirándome a emprender nuevos retos, como el Nissan Bluebird de 1988, que fusiona elegancia y carácter mediante modificaciones originales y peculiares.

Todo pasa por alguna razón

El mundo de las dos ruedas también ha dejado una huella profunda en mí. En 2022, tras un accidente que me obligó a reflexionar, encontré en una Honda CBX de 1985 el desafío de realizar una transformación bosozoku, respetando su línea estética e incorporando elementos innovadores como escapes a medida, asientos personalizados y alerones híbridos.

Y en 2023, tras nuevos encuentros en Japón con referentes del movimiento bosozoku, convertí una Kawasaki GPZ en un proyecto sin límites. Fabriqué un carenado cohete a partir de un diseño proporcionado por Bowimaru, reconocido embajador de esta cultura en Indonesia, quien impulsó mi proyecto, e importé piezas icónicas como un asiento sandan japonés y un escape RPM deportivo homologado. Este proyecto se difundió ampliamente en redes sociales y capturó la atención de medios especializados.

NO PIENSO, YO SIENTO

Cada modificación que realizo es mucho más que tuning; es una expresión personal que potencia el aura única de cada vehículo. Siento un profundo respeto y afinidad por ellos, y creo firmemente en escuchar lo que cada uno tiene para decir, dándoles voz a través de los detalles. Mi camino se basa en el aprendizaje continuo y en transformar cada reto en una oportunidad para crear algo inédito y auténtico.

Hoy sigo evolucionando, colaborando y compartiendo mi pasión en redes. Cada proyecto es una historia por contar y una invitación a descubrir un mundo sin filtros ni convencionalismos. Y, por supuesto, la gran recompensa final es disfrutar de la carretera con estas maravillas.

Si te gusta lo que hago, no dudes en conectar conmigo a través de mis redes sociales, que te dejo aquí abajo.

¡Un abrazo!